Aquí soy tan libre como en tu cuerpo..

viernes, 27 de marzo de 2015



No advertí a primera vista lo minuciosamente que me vivías.
Soñamos un mismo sueño una noche, vos de un lado del espejo, yo del otro.
Verdes cronopios.
Atravesaste la vigilia y volviste rubios mis senos.
Tus manos se propagaban andantes destejiendo la piel que me cubría.
Hurgabas redondeces, humedad, ardores, con una perversa avidez sonriendo de costado, espiando mis letras ocultas, amando mis ridiculeces.
Me caminaste entera, buscando te contuviera, intentando habitarme como al paraíso. A lo lejos casi escucho autos, perros, murmullos de gente en la calle.
Yo oponía mi espalda a tu voz de humo como un terraplén vertical.
Eran mis huecos una cobija en la que envolverte, un país al sur..
Qué conjuro depositaste en mí cuando tu luz se derramó sobre mi pubis, clavándote como una pavana en mi humbral?
Luego de frente pude verte en simetría a través de un río turbio de recuerdos.
Desangrada intenté el regreso, pero tus alas dejaron simple huella exangüe de un viaje de ida. Narcótica y visceral te contuve, poseído y terrenal como una niebla oscurecida.
Fuimos felices sin tiempos y sin compás, fuimos un mínimo fondo del mar y aún espero que comprendas, que la mañana aquella en la que me desnudaste, me desnudaste infinitamente.

(Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son. J.C.)