Una fíbula me toma el alma por el orillo y me caminan tus ojos sonriendo. Te elijo en la vida sin mirarte y casi ciega para reconciliar el amor con el cuerpo.
Allá donde me embriague tu boca me sentaré a esperarte, aunque nunca sea tu regreso.
Sabés de la pertenencia, que más cerca o más lejos mi sangre late a tu ritmo, aún sin volver a tener tu caricia narcótica, ni que me mantengas meses en celo..
Sostener el aire no es fácil, pero como yo te amo puedo echar raíces y volverme herrumbre.
Adivinarte aguardiente entre mis piernas, tu procacidad en pleno vuelo.
Hoy me queda un sedimento del abrazo de tus alas, mañana será verdín, y luego tan solo agua..
Permitime el engaño de estar cerca y dame el oxígeno de no perderte para siempre en la neblina del olvido..
~ Melaína Kholé ~